Es el ejercicio de modelar conscientemente el sentido que le damos a nuestra vida, teniendo en consideración las preguntas filosóficas fundamentales sobre el vivir y el morir, y la manera en que interpretamos los sucesos de la vida diaria. Dado que la facultad humana capaz de darle sentido a la existencia es la mente, se trata de una investigación filosófica de la propia mente con vistas a desarrollar su máximo florecimiento. En este sentido, la filosofía aplicada coincide con la investigación iniciada por Sócrates, y continuada por las distintas escuelas antiguas, acerca de cómo vivir la mejor vida humana posible.