
No estoy seguro de entender tu pregunta, María. Si por contención entiendes “represión”, ciertamente no. De todos modos son cosas distintas el deseo sexual y la pasión amorosa. En cuanto al deseo sexual, el asunto para los estoicos es no apegarse a ello, ni tampoco reprimirlo. En cuanto a la pasión amorosa/enamoramiento, curiosamente, para el mundo griego, aunque existe la pasión amorosa, la relación de amor (erótica) no es la relación privilegiada, como quizá es en nuestro tiempo a partir del romanticismo del s. XIX. Para ellos, la relación de mayor valor es la amistad (véase, Aristóteles, Ética Nicomáquea, libro VIII). Aun así, hay, por lo menos, un par de textos sobre el furor erótico/amoroso que vienen a contradecir esto que digo, pero no son de fuentes estoicas, sino de diálogos platónicos: son los llamados “diálogos eróticos” (Banquete y Fedro). En particular en el Fedro (hermosísimo, te lo recomiendo mucho) aparace la idea de furores o posesiones, estados divinos que Sócrates considera superiores a la lucidez meridiana, y entre ellos se encuentra el furor erótico/amoroso (los otros tres estados “maníacos” o furores son: el furor poético, el furor mistérico y el furor de la adivinación).