
Está muy bien, Linda. Es importante que te hayas dado cuenta de que te cuesta sostener la atención. En ese caso, intenta observar qué es lo que sucede cuando te distraes: qué te distrajo, hacia dónde se va tu mente, qué sucede contigo en ese momento. Por ejemplo, puede suceder que algo te esté preocupando y, mientras desarrollas la contemplación del arándano, esa preocupación te asalte y te distraiga. O puede suceder que sientas ansiedad y el ritmo del ejercicio te resulte difícil. En cualquier caso, cuando notes lo que sucede, simplemente consígnalo mentalmente de manera escueta (“mente ansiosa”, “mente preocupada” o lo que fuere) y, una vez que has tomado nota, suelta lo que te distrae y regresa gentilmente al ejercicio. Gentilmente quiere decir que no te condenes ni te juzgues por haberte distraído: al contrario, has reconocido la distracción; entonces, la sueltas y regresas. Por otro lado, es excelente que seas tenaz y vuelvas a intentarlo, sea con otros arándanos o con otros objetos. Gracias por compartir.