
Sin duda existen los lapsus ortográficos, como existen los sintácticos. Es genial que tengas tanta lucidez sobre los probables motivos de esos deslices. Y es interesante lo que dices sobre la coma que faltó y el desplazamiento que esa ausencia ejerce de un sujeto a otro. Yo leí justo como señalas: la invisibilidad en la víctima (si bien, estrictamente hablando, debería haber dicho: “invisibleS de noche”, para mantener la concordancia de número). Por qué desplazar el sujeto del victimario a la víctima, no me corresponde adivinarlo. Es maravilloso que lo hayas visto tú con esa claridad.
En cuanto a los oxímoron, me parece que, más que ignorar o eludir la dualidad, buscan conciliarla. Eso es lo bello de esa figuras: que en lugar de una disyunción, que es como solemos pensar las cosas (esto o aquello), propone una conjunción (esto Y aquello, incluso si los términos parecen, a priori, irreconciliables, como complicidad y reproche).
Me alegra muchísimo que te haya gustado el ejercicio. Y es sólo el primero: apenas estamos calentando motores.