
Por supuesto, yo no sé cuánto has hiperbolizado el espectro obsesivo-rutinario que te asedia, pero sin duda es un personaje ostensible. Si tú has logrado verlo con la inmensa lupa que al parecer le has puesto, cabe suponer que hay alguna ganancia. Literariamente, es un texto eficaz, consistente, el pulso es firme e inflexible como el espectro, y el motivo de copy-paste es excelente: copiar y pegar los días, repetirlos mecánicamente, etc.
Me gustan las fracturas que asoman, los cuestionamientos, la frustración ante la incapacidad de ser libre de leer, la lucidez sobre la esclavitud y la pregunta por la necesidad de ser cautivada, en otro sentido, cosa que parece también asomar en la película. Una nostalgia de algo que de inmediato se desestima a través de un baño de realismo y practicidad. Pero, ¿es eficaz ese baño? ¿O sólo se sofoca la inquietud temporalmente?
Al final, el escenario más extremo: el rigor invadiendo el espacio espiritual, el exceso de esfuerzo incluso por relajarse: el miedo.
Y ahora que todo esto ha sido escrito y puesto en palabras, ¿qué sigue?