
Qué gran personaje Elena. Posiblemente es una proyección mía (una especie de deformación ideológica), pero la semblanza que has hecho la retrata, en cierto modo, como a una estoica. Quizá el estoico (o la estoica) no se darían tanto a situaciones de sufrimiento, cuidarían un poco más su paz interior, pero esa especie de constancia callada, laboriosa, ese ser tronco de manera un poco anónima, sin duda habla de una profunda espiritualidad, que su actividad en la iglesia eventualmente confirma. Es genial que alguien que gozó de cierto prestigio en una iglesia pueda decirle a su nieta que no hacen falta las instituciones de ningún tipo para estar cerca de Dios. Se deja ver que fue una mujer muy sabia, aun en su sufrimiento, y de una fortaleza gigantesca, que sólo la vejez pudo minar.
Me gustó mucho el retrato que hiciste. Hay una enorme cantidad de mujeres así en México (quizá en el mundo, pero aquí, por lo bajo, por debajo del machismo y la violencia, sigue siendo, a su modo, un matriarcado). Me gusta la progresión que hay desde el primer párrafo, que da la información más dura, los datos grandes, digamos, a las fisuras en esa vida tan constreñida por necesidades y obligaciones (fisuras por donde entra la luz, diría Leonard Cohen). Y finalmente, me gusta cómo el texto desemboca en ti, con mucha delicadeza. No dices desde el principio, “Mi abuela, Elena… “, sino que dejas eso un poco en suspenso para integrarte de un modo natural, orgánico, se diría. Siempre hay belleza en esos cambios de persona, de una tercera a la inclusión del narrador/a en primera. Incluso esa inclusión es gradual: primero, cuando la acompañabas a la iglesia, después, la mención de los nietos y la primera persona, “cuando la visitábamos”, deslizada con mucha sutileza, y por último, la impronta, la fuerte impronta, de una mujer del mundo, fuertemente insertada en las cosas del mundo, sin por ello olvidar lo sagrado, y sin que lo sagrado ocluyera la importancia, claro, de ponerse crema.
Muchas gracias por el texto, Lili. El propósito de este ejercicio es comprenderse un poquito más a partir de la comprensión (posibilitada por el flujo de la escritura) de un ancestro. Espero que te haya sido provechoso.