Buen día Gabriel, entiendo el propósito del ejercicio y las resonancias que se espera provocar en la conciencia de la finitud de la propia vida. Y lo sé porque hasta los 22 años, como sucede a muchas jóvenes, la idea de mi muerte era una posibilidad muy lejana. Es una paradoja, pero a partir de que aparece en mi vida la enfermedad a esa edad temprana, inicié un lento y difícil proceso de aprecio intenso y placentero de cosas muy sencillas y elementales que antes no veía ni valoraba del todo. Parece increíble, pero la adversidad, paso a pasito me ha ido enseñando a vivir, a elegir con modestia mis prioridades y enfocarme en ellas siempre del lado de la vida y de la esperanza para juntar fuerza, voluntad, entusiasmo y pasión por la vida. Cuando estoy en crisis me alcanza sólo para viajar 3 metros para realizar las actividades básicas de sobrevivencia; pero cuando el lobo (lupus) se va, viajo lo más lejos, aventurado y extraordinario posible,de tal forma que mis ingresos producto de mi trabajo los uso en viajes y experiencias de vida placenteras compartir tiempo y aprendizajes con otras personas cercanas, amadas o apenas conocidas.
Gabriel, te agradezco mucho por tu tiempo y sabia atención, estamos ya muy cerca del final de este curso….
Que vivas lindo día
Ángela
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AngelaEstrada.