Es verdad, tengo asuntos pendientes con la autoridad en todo sentido. Es un tanto desequilibrado porque me pasa como lo escribes, soy severa conmigo y con el otro. Pocas veces me he encontrado laxa en mi vida y con los otros, también creo que es un mal de familia porque cuando era soltera y vivía lejos de ellos, la vida era más relajada, no tan cuadrada ni exigente ni absurda. Creo que desarrollé esa locura de la perfección en los últimos años aunque sé que ésta no existe, sí las cosas bien hechas y entonces me mueve el que personas cercanas a mí subjetivicen todo como para mostrarme mi rigidez, ejemplo simple, “lo que para ti es malo para mí es bueno” por cierto es un ejemplo que me molesta porque quita valor a las cosas o situaciones y me parece que pensar así sería por un tema de conveniencia e irresponsabilidad lo que me genera un tipo de desequilibrio interior pues creo que me gustan las reglas (la autoridad metiendo la nariz) pero como a la vez soy rebelde si esas reglas no me van pues no las aplico y entonces veo que actúo por conveniencia y es tramposo. En fin… Rescato de tus palabras lo que estimo importante para mi crecimiento personal… Hacer lo mejor posible con responsabilidad, es decir con la capacidad de responder a lo que hay y venga de manera sincera, venciendo un poco al estorboso ego. Debo practicar mucho las anticipaciones en los momentos incómodos, para mí generalmente son cuando convivo con personas que no son de mi entero agrado y vienen mis juicios sobre ellos.. ¡realmente quiero dejar de pensar en ellos y sus defectos!Las valoraciones trataré de hacerlas pues son pequeños actos de conciencia y siempre nos dan la oportunidad de agradecer por todo lo bueno que tenemos.
Gracias por tus palabras!
Saludos.