Olvidé anotar algo al narrar la experiencia y es que quedé perpleja después de haber escuchado el sonido de un arándano. ¡Escuchar un arándano! No sé por qué olvidé anotarlo si, junto con el tacto, fue lo que más asombroso me resultó. Respecto al placer de reparar en los sabores definitivamente no me siento lejana, desde que comencé a ser vegana cada que como siento que “como por primera vez”. Es emocionante que, por ejemplo, de una nuez salgan tantos sabores en función de las mezclas. Siempre he dicho que el veganismo me ha regalado la oportunidad de que preparar y comer los alimentos se haya convertido en una bella alquimia.
Sobre los puntos que me señalas; creo que en la vida cotidiana puedo darme cuenta de mis derivas mentales y cuando entro en zonas pantanosas, espirales, loops, etcétera. ¡Creo que hasta he hecho una tipología de las derivas! El problema es, en todo caso, encontrar el camino de vuelta y caminar a través de él. Así que me entusiasme demasiado recolectar las valiosas pistas que seguramente encontraré en este curso.