Gabriel:
Tienes razón, hay una contradicción: representaciones arrebatadoras sin desasosiego; efectivamente, no es así. La contradicción es producto de que seguido a la representación doy respuesta, inmediata, compulsiva, encuentro una solución y disminuye la ansiedad que me causa la impresión y, pierdo la esencia de la phantasía, la enseñanza.
Hoy, he sido un poco más consciente de cómo me arrebatan y, sí, me causan desasosiego. Recordé el ejercicio de la pasa, si lo ligas a recuerdos pierdes la escencia de las percepciones y sensaciones. Hoy, recién desperté tuve impresiones y las dejé fluir, las observé con atención, regularmente me arrebatan al despertar, casi siempre, y, como cada día, viví el desasosiego y concluí que son solo representaciones, no traté de darles respuesta, de no generar apego. Generalmente les doy respuesta inmediata para tranquilizar mi alma. He concluido que la respuesta es un velo, que cubre el desasosiego y lo hace imperceptible, sin embargo, el desasosiego sigue ahí, dispreferido y haciendo daño. Es decir, respondo racionalizando todo. Este es el mal hábito que debo cambiar: dar respuesta inmediata, asentir, generando un placebo.
Una representación que me arrebata, la más fuerte en este momento, es la situación de uno de mis hijos, un buen muchacho, noble y que ha perdido el rumbo como estudiante y se distrae en los juegos por computadora, los amigos y la novia. Y trato de dar respuesta, ese es mi error y mi mal hábito. Solo me concretaré a ayudarle. Sin asentir intentado dar una respuesta. Él tendrá que encontrar sus propias respuestas, cuando las necesite. Le seguiré enseñando mi camino, que depende de mí; él decidirá si es el camino que quiere caminar en tanto aprende y se entrena o busca otro o crea el suyo. Ser como la parra.
Hay otras representaciones que me arrebatan, como la situación económica por venir, un grave problema para todos. Dejaré de insistir en encontrar respuesta y haré pequeñas acciones beneficiosas que me ayuden y ayuden a otros. Ser como la parra.
En conclusión, en lo relativo a mi hijo, que es lo principal que me arrebata, no hay bien ni mal ahí, solo un hecho con o sin solución, impermanente e insustancial. No está en mí solucionarlo, solo contribuir ayudando a mi hijo para que él resuelva, si lo desea. Ser como la parra.
Gracias por leer.