
Me alegra mucho leer que el ejercicio te resultó tan provechoso. Es una exploración breve, modesta, pero al mismo tiempo muy reveladora.
El hecho de que hayas podido advertir tu ansiedad durante el ejercicio es muy buena cosa: estás consciente y, no sólo eso, tuviste la posibilidad de regresar a la “instrucción”; en otras palabras, pudiste detener, en cierto grado, la ansiedad y poner tu mente donde tú querías. En eso consiste también la meditación básica del budismo, conocida como samatta (literalmente, “detener”, aunque suele traducirse como “foco” o “tranquilidad”)
Yo sólo he practicado yoga de manera un poco esporádica, como diletante, pero sin duda el hata yoga compromete un grado de atención similar; y el cuerpo (aquí fueron los sentidos, lo que finalmente es cuerpo) tiene la cualidad de mantenerte en el presente.
Espero de todo corazón que el curso te siga resultando provechoso.
Estoy para apoyarte.
Y me resulta más cómodo que me llamen Gabriel 🙂