
Me alegra mucho poder contribuir en ese entusiasmo que traes con la escritura. Nada que agradecer, es un placer.
En relación al ejercicio que sigue, una posibilidad es, precisamente, llenar esos misterios y silencios de que están hechas tus historias familiares con la escritura. Cuando murió mi último abuelo, hace ya algunos años, yo me di cuenta de que casi no lo había conocido y me puse a escribir sobre él “para conocerlo”, confiando en que el flujo de la escritura me permitiría, precisamente, llenar lagunas. Tengo la impresión de haberlo conocido de manera mucho más profunda a partir de ese texto y es curioso, pero desde entonces, de alguna manera lo siento más cerca.
Esto que te digo es, por supuesto, sólo una posibilidad si te sientes cómoda e interesada en explorarla. Si no, claro, puedes hacer el ejercicio con tus padres; creo que con los hermanos perdería fuerza, pero no sé, tú tienes la última palabra; si te sientes inclinada a hacerlo de ese modo, adelante, no lo dudes.
Que estés bien, Almazuela, hasta pronto.