
Hola, Carlos Miguel. Me llegó la notificación de que posteaste una respuesta y puedo verla si me voy a tus posts, pero no aparece aquí, no sé por qué. Transcribo aquí tu respuesta, para que no quede ausente, y te contesto brevemente más abajo:
TU POST:
“Gabriel, de nuevo gracias por la retroalimentación. Te reconozco de verdad la calidad de tus puntos de vista.
Antes que nada, gracias por el halago con lo de poeta, traje difícil de llenar. Lo de ingeniero, bueno, supongo que me lo he ganado por la insistencia.
Por supuesto, no soy ningún iluminado y el texto tiene mucho de floritura sobre todo al final. Lo que me entusiasmó fue cómo llegó el recuerdo de la idea estando frente a la ventana, sin ninguna intención previa de que esa idea marcara el hecho de estar frente al paisaje de la ventana. La lectura de Harding fue hace un par de años y recuerdo haber hecho los experimentos; pero, claro todos ellos intencionados y ya con la idea bien clara en mi mente de que la cabeza no existe.
Siento que fue similar a la experiencia que se tiene cuando logras resolver una ilusión óptica, hay una conexión entre una idea y la experiencia que hace caer algo, “caer el veinte” decimos en el norte. Eso era lo que trataba de describir en el tercer párrafo.
Sobre las condiciones, solo agregaría una más: no involucrarse en la historia del paisaje. En las primeras visitas lo que hacía era tratar de describir lo que pasaba a través de la ventana, pero como es una ventana muy aburrida porque no da una calle transitada, entonces pasé gran parte de esas visitas participando de la paz del escenario. Permitirse ser lo que se ve y nada más.
Saludos!”
MI RESPUESTA:
Me alegra que las cosas que te digo te resulten provechosas. Gracias por dejármelo saber.
Sin duda la condición que señalas de mantenerse en lo que se ve y nada más es fundamental. Yo traté de expresarla en el post anterior, quizá sin el énfasis debido, al hablar de la claridad de la mirada y la precisión para consignar lo que se aparece (debí agregar: tal como se aparece). Ahora bien, si comenzaras a fantasear a partir de lo que ves, eso también puede ser muy fecundo, puede llevarte a imaginar historias interesantes. La experiencia de la imaginación tiene su valor (en este caso, podría tenerlo incluso en sentido literario), simplemente es otra dirección.