
Es muy grato leer el arco de una vida como ésta, donde hay siempre búsqueda, horizonte, donde se deja ver que las estaciones son conducidas conscientemente, con entusiasmo. Los contratiempos que se dejan adivinar (mantener sobria a tu pareja, por ejemplo) son apenas sugeridos, sin que constituyan hitos que empañen las estaciones; casi parecen deslices fortuitos. No sé si es que has tenido pocos contratiempos o los has trascendido con tanta claridad y entereza que apenas se notan.
Si tuviera que decir en pocas palabras qué es lo que ha regido tu vida, tal como la pones aquí, diría que es el deseo de conocer, de aprender, ya sea filosofía o danza, y también de enseñar. Hablas de manera breve pero entrañable de tus papás, que seguramente han tenido que ver en tu afición al estudio y la exploración. Me parece enternecedora la imagen de tu papá enseñándote a escribir tu (segundo) nombre.
En fin, que es un texto muy bello, tiene algo como de ligero, en el buen sentido, e incluso cuando se asoma a la gravedad, lo hace con desenvoltura, expresando el deseo de morir frente al mar (deseo con el que me identifico también).
Deseo que en ese invierno que adivinas la escritura siga acompañándote. Tienes muy buenas condiciones para escribir y has hecho un taller estupendo, con textos preciosos en el camino. Intenta no dejar de hacerlo.
Ha sido un enorme placer acompañarte. Ya vi que te inscribiste también en el de filosofía estoica y me dio mucha alegría.
Quisiera pedirte, por último, si no es molestia para ti, si puedes dejar un comentario (review) del curso. En la última lección se dice cómo hacerlo y a la página, que tiene todavía poco tiempo «al aire», le cae bien sumar comentarios de los estudiantes. Si lo haces, ten cuidado con les estrellitas azules, que se mueven cuando uno les pasa el mouse por encima. Asegúrate, por favor, de que la cantidad de estrellitas es la que quieres que aparezca como calificación.
¡Mil gracias por tu participación!