
No es que sea un gran consuelo, Lucy, pero en general a todos nos cuenta mantenernos atentos y concentrados en el presente. Es cierto que detrás de los pensamientos se esconden ideas de otros tiempos, pero también es cierto que LOS PENSAMIENTOS MISMOS SON YA esas ideas. Cuando la observación es muy atenta, desaparece ese tipo de persamientos y, por lo tanto, todo desfase con respecto al momento presente.
Tú metáfora del árbol es muy oportuna; en efecto, los árboles tienen esa presencia que transmite aplomo, majestad, ecuanimidad. En los estoicos a veces aparecen metáforas como los peñascos contra los que rompen las olas, el cielo claro más allá de las nubes, la bahía resguardada de las inclemencias del tiempo. Es muy bueno tener metáforas que sean evocativas para uno mismo, porque nos inspiran de manera poderosa, a veces con mayor elocuencia que los conceptos.