
Hola Gabriel. Pues sí funcionó anticiparme a las cosas. Fui más consciente de mis sensaciones, de mis acciones y de mis pensamientos. No dejé de tener en vista mi objetivo de mantenerme imperturbable ante la situación y, aunque no es fácil, pude ver que es factible y eso me generó gusto y determinación. ¿Quién fui durante la experiencia, podría decir que alguien más maduro, pero lo dejaré en alquien que, durante esa experiencia, fue más consciente de lo que está bajo mi influencia y lo que no, para enfocarme en lo que yo sí puedo controlar que es mi mente y mis acciones. Hoy volví a practicar, primero con la mamá de un paciente adolescente y luego con el adolescente. Ya había estado en contacto con ellos hace meses y me volvió a buscar la mamá del chico. La relación con ambos había sido conflictiva por varios motivos. Cuando la mamá volvió ha tener conductas de las que me molestaban en la primera ocasión que los traté, me detuve para tratar de reconocer lo instrumental de lo moral. Decidí no engancharme y ser firme en mis condiciones para trabajar con el hijo cuando ella empezó a querer manipular la situación. Cuando se dio cuenta de que yo me mantenía firme y le dije que si no aceptaba mis normas y condiciones no vería al muchacho, su actitud cambió radicalmente. Esta tarde acabo de ver al chico y le hablé de lo que estoy aprendiendo en este curso y lo aplicamos a su experiencia. Él se mostró más interesado que nunca (siempre había cuestionado lo que yo le decía, ahora lo que hizo fue interesarse y hacerme preguntas concretas de como conseguir esto y aquello). Fue una experiencia muy bonita y reconfortante. Logré dejar de lado mis prejuicios y dar la oportunidad de que las cosas se dieran como se tenían que dar ahora, sabiendo que ahora estaba yo más consciente de mantenerme en una posición, de tener claro mi función o lo que podía dar o no dar… de todo ese mundo que representa los objetivos indtrumentales y los objetivos morales. Mantener la atención plena en lo que sí dependía de mí fue un antes y un después y el resultado fue muy agradable, muy satisfactorio. El chico me dijo que, aunque seguía ante el dilema de la difícil decisión que tenía que tomar, se sentía más claro después de hablar conmigo. Lo más fuerte que te puedo decir Gabriel es que, antes no lo toleraba porque siempre me cuestionaba y se mostraba a la defensiva sin aceptar nada de lo que yo dijera y ahora logramos una relación bastante respetuosa y constructiva. Muchas gracias por lo que nos compartes.