
Los pensamientos que me arrebatan, es que no he sabido decir no, toda mi vida he hecho lo que los demás quieren y yo ni siquiera sé que quiero de mi vida, en ocasiones me he cachado en que ya no quiero vivir, pues ya es muy tarde y no tengo oportunidad de hacer que mi vida cambie.
Soy una persona que la vida no fue fácil para mi, pues he tenido que trabajar para poder sobrevivir y lo que obtengo de mi sueldo lo gasto en mi familia y no guardo para mi vejez, estoy conciente que nadie se ocupará de mí y de estas representaciones se desatan el miedo, el enojo, verguenza y deseperanza.
Para desmantelar estos juicios, trato de pensar que soy una persona sana, que en realidad si he hecho muchas cosas positivas y que aún tengo esperanza de hacer cosas, incluso divorciarme, pedir un préstamo en la institución correspondiente para comprarme una casa y empezar de nuevo.