
Has conseguido integrar la práctica en una de las situaciones más complicadas de la vida: todo un logro.
Tú misma percibes ya algunos de los efectos fundamentales de esta práctica:
(i) La claridad (o lucidez, que va muy bien con tu nombre), es sinónimo de tranquilidad, incluso en circunstancias adversas.
(ii) Anticiparse no es “atraer” el mal, sino mantener el aplomo, la calma, ante posibles males.
(iii) Nuestra propia serenidad es ya un acto político, en el sentido comunitario del término, pues se proyecta en los demás, lo mismo que nuestra propia ansiedad. Por lo tanto, la imperturbabilidad es todo lo opuesto de una anestesia boba, que se desentiende de los demás; al contrario, sólo puede ganarse si descansa en una aguda consciencia del bienestar de los otros, como manifiestas reiteradamente en tu texto.
Te felicito por lo que estás haciendo y te deseo de todo corazón que la partida de tu ser querido se dé con la serenidad y el amor que expresan tus líneas.
Estoy aquí en lo que pueda ayudar.
PD. Qué bueno que estés leyendo a Marco Aurelio, más allá de las citas del material. Es una gran compañía.