
Me puedo imaginar con vivacidad a tu bisabuela y, al hacerlo, en cierto modo, y es de lo que se trata en este ejercicio, puedo conocerte un poco más, porque hay valores que atesoras a la luz de los valores que defendió tu bisabuela. Los que me parecen más claramente destacados en tu semblanza son, por encima de todo, la independencia, tanto en lo material como en lo moral (de ahí también el desenfado en el lenguaje), un sentido práctico claro y firme, una enorme habilidad para los negocios, y eso que llamas «amor no romantizado», que creo poder entender más o menos bien (y que es posiblemente la mejor manera de honrar el amor, pues el así llamado amor romántico es todo menos amor).
Desde el punto de vista narrativo, está claro que el clímax se encuentra en la leyenda que le valió a Calina, simultáneamente, su viudez y su fortuna material, y no puedo dejar de preguntarme si, al negarse a regresar ese dinero, no estaba consciente de poner en riesgo a su marido. No juzgo, no tengo la menor autoridad para hacerlo, pero la pregunta no me abandona y me parece que, de su posible respuesta, surge un cuadro más claro de quién fue Calina. ¿Qué piensas tú? ¿Qué te dice tu intuición?