
Sí, es totalmente cierto lo que mencionas, Luis. Pero, al mismo tiempo, es en cierto modo (o en cierto nivel) indistinto si en la representación arrebatadora aparece un otro que juzga o si quien aparece juzgando es uno mismo. Lo que arrebata es el juicio como tal, más allá de la “máscara” con que se aparezca. Es cierto que, en otros sentidos, puede ser importante establecer esa distinción, pero lo que quiero decir aquí es que, tanto si es otro, como si soy yo mismo, en los dos casos lo que estoy haciendo es IDENTIFICARME con un juicio, y es tan fantasioso identificarse con el juicio de otros, como hacerlo con el juicio propio cuando éste es falso o, cuando menos, infundado. Algo importante en el estoicismo, también en el budismo, es, por así decir, “desolidificar” los fenómenos, y para eso es útil concentrarse, no en personas (yo u otro), lo que entraña en sí mismo una cierta ilusoriedad (Fulano ES así, yo SOY así, como si fuésemos entidades substanciales, sólidas, con un algo esencial y permanente), sino en los fenómenos singulares, más allá de las personas. De ahí la sugerencia de atender más al juicio que al agente que lo emite.
Por otro lado, qué maravilla que te metas en los foros a leer e intervenir, porque ahí está la riqueza de la práctica. Casi nadie lo hace y es una pena. Lo aprecio muchísimo.