
Está muy bien, Pilar. El asunto es adaptar la práctica a los recursos que uno tiene a mano. A menudo hay frases que nos resultan especialmente elocuentes o significativas, tanto que nos basta con evocarlas para disolver el estado mental perturbador que tendríamos de no recordar esa frase. La práctica, pues, es un asunto de recordarse a tiempo las razones por las que algo no puede perturbarnos. En particular, la frase “Esto también pasará” tiene mucho sentido y se adelanta un poco al curso. En la tercera semana verás que eso será abordado a través de la idea de impermanencia.
Por otro lado, puede ser importante que intentes elaborar otros motivos por los cuales esa persona desagradable no puede perturbarte. Por ejemplo, que lo que diga o haga es asunto de ella y no tuyo (“a ella le pareció bien”), que perturbarte no va a cambiarla, que el tiempo que te toca con esa persona será mucho más valioso si estás libre de afecciones que afectada, que no vale la pena perder energía en eso, que esa persona actúa como actúa porque está sumida en cierta ignorancia que le impide salir de ahí y ver con claridad (por lo tanto, sufre), etcétera, etcétera. Todo esto, claro, sin dejar de tener presente que “this too shall pass”.