
Lo que observo es que en este mapeo que haces de tu propia mente hay mucha lucidez. Tienes claridad sobre qué te arrebata, cómo respondes habitualmente a eso y de qué modo te arrebata. Es un primer paso indispensable, sin esto no hay nada, no hay materia para poder profundizar y elaborar.
La idea ahora es dar un paso más y que todo esto que has reconocido con tanta lucidez y honestidad hacia ti mismo, pueda ser elaborado hábilmente. Los razonamientos que te das, en algunos casos, tienen ya ese sentido; sólo les falta ser quizá más desarrollados y, sobre todo, que puedas darte esos razonamientos de manera constante e inmediata no bien se te aparecen pensamientos perturbadores. Un ejemplo de esto es lo que refieres sobre el pasado. Tu respuesta es hábil: “Hice lo mejor que pude con los recursos que tenía a mano”; esto es suficiente. En términos estoicos: “En lo que dependía de mí, fui cabal”. Y a esto se suma otra cosa: ¿dónde quedaron todos esos episodios? ¿Dónde están ahora? Si tomas esta pregunta en serio, verás que nada de eso tiene una consistencia o solidez mayor que la de un sueño; nada de eso está o ha permanecido en otro lugar sino en tu mente. Por lo tanto, tu propia mente puede decirse: “Eso ya fue, no existe más, no es más que una representación. Puedo salirme de ella como me saldría de una sala de cine ante una película mala”. Esto, claro, sumado a lo otro, aquello de que hiciste lo que estaba en tus manos, en las condiciones vigentes en ese momento, etc. Si logras tener estos razonamientos a mano, disponibles (y para eso, para desarrollar este hábito de pensamiento, es que se hacen los ejercicios estoicos, la anticipación de este tipo de representaciones perturbadoras), entonces empezarás a imponerte sobre esta clase de representaciones, hasta que ya no tengan poder sobre ti.
Lo demás es similar, sólo que en lugar de referirse al pasado, son representaciones del futuro, bajo el influjo del miedo. El miedo siempre representa las cosas de un modo pesadillesco. ¿Es real esa REPRESENTACIÓN? ¿Tiene buenas bases? Ya has examinado que con el tema del dinero no es exactamente real, es más bien una fantasía. Introyecta esa idea (que es una fantasía y no algo real) y abandona de inmediato también esta otra sala de cine. ¿Quién quiere permanecer cuando la película es mala? Haz lo que tengas que hacer con excelencia y olvídate de las ficciones que te susurra ese sutil impostor, el miedo.