
“¡Qué ganas de no estar aquí!”. Esta última frase del texto late, creo, en cada letra, cada palabra, cada espacio, cada punto y cada coma. Ser viento para salir de ese espacio sofocante, ser árbol para sentir el viento y vivir afuera, pero no en una intemperie, sino enraizada.
En la progresión del texto, tengo la impresión de que el noctambulismo y la resistencia a abrir las cortinas y darle un espacio al afuera, son modos de esconder ese espacio donde no quieres estar y cuyo encierro es más visible durante el día o con las cortinas abiertas. ¿No has decidido, de algún modo, ser tú misma como un murciélago (dejarte comer por sus alas), una criatura nocturna para que la oscuridad envuelva lo que la luz dejaría ver de manera ostensible? Un murciélago que quisiera poder ser árbol, salir a la luz, verse envuelta por el viento que la cueva clausura.
¿Cómo el sol habría de robar energía, siendo quizá la mayor fuente de energía que alcanza a este planeta? Quizá cuando hay insolación. O cuando se es, por naturaleza, un animal nocturno, con un ciclo circadiano adaptado para la noche. Dijo un filósofo del renacimiento (Pico della Mirandola) que, a diferencia del resto de las especies, que sólo pueden ser lo que son (el gato, gato, el arcángel, arcángel), el ser humano, gracias a su albedrío, tiene la posibilidad de ser cualquier otra especie en la cadena del ser: desde un gusano hasta un ángel, desde una bestia hasta un buen hombre, una buena mujer. A diferencia del murciélago, que sólo puede ser nocturno, nosotros podemos escoger si vivir de día o vivir de noche, es una elección libre. Pero es libre si tomamos esa decisión por una razón positiva: por amor a la noche, a su silencio, a las estrellas, lo que sea. Una pregunta que me hago (es sólo una pregunta, una especulación, puedo estar totalmente descaminado) es si tu elección por la noche es totalmente libre o si se basa en NO ver ese espacio con luz, NO interactuar con personas que no quieres interactuar, en pocas palabras, si es una elección basada en una razón afirmativa o puramente negativa, una elusión.
Más allá de esto, ¿no será tiempo de buscarte un espacio más acogedor? A veces sólo hace falta un empujoncito. ¿Por qué no concederte la posibilidad de un espacio donde te sientas mejor, sin esa asfixia? Quizá allí serías igual de noctámbula, pero sería una noche de ventanas abiertas, de estrellas y lunas y aire fresco. ¿Por qué dejarse comer por las alas del murciélago?