
Ya hemos hablando sobre el problema de la insuficiencia. Si logras detener esa representación, no tendrás en adelante problemas para intervenir y hacer aportes en los grupos. Por otro lado, pensando esto de manera estoica, supongamos que haces un aporte que no tiene mayor impacto, que no es recibido de la mejor manera: ¿qué con eso? Si tú hiciste el aporte con la genuina intención de favorecer la reflexión, si lo hiciste de la manera más cabal que podías hacerlo, con los recursos que tenías en ese momento, ¿dónde está el problema?
En relación a la ira que te ocasiona el maltrato a niño/as o animales, es perfectamente razonable que así sea, porque la situación es absolutamente indignante. Aquí hay dos posiciones que puede ser interesante considerar. De un lado, la posición ortodoxa de los estoicos: no hace falta ira para hacer justicia. Si la situación es injusta, intervienes en la medida de tus posibilidades para ayudar a restablecer la justicia, pero la ira no aportará nada (dice Séneca); a lo más, simular ira para amedrentar a quien comete la injusticia, pero permanecer interiormente libres de ira. De otro lado, está lo que podríamos llamar un uso virtuoso de la ira. Ésta es la posición de Aristóteles y quizá del budismo tántrico: te enojas por lo que hay que enojarse, con quien hay que enojarse, en la medida en que hay que enojarse, por las razones adecuadas, etc., y utilizas toda esa energía fogosa con enorme precisión y pulcritud para romper el obstáculo, para hacer justicia; inmediatamente después, recuperas el temple y la ira se disuelve. Sería lo que podríamos llamara una ira limpia. No contamina nada, no te las agarras con personas ajenas a la situación, etc. Interviene como un escalpelo quirúrgico para hacer lo que está llamada a hacer e inmediatamente se retira. Muy difícil, por supuesto, pero posible.
En relación a la situación que refieres con tu amigo, ¿por qué no simplemente llamarlo y decirle, sin quejas, sin reproches, sin segundas intenciones, cómo te sentiste ante tu ausencia y preguntarle, con auténtica curiosidad, por qué él estuvo tan omiso en todo tu proceso? Quizá te sorprenda lo que tenga para decir; quizá no sea lo que tú imaginas.