
¡Auuuuu!
¡Qué alegría leer todo esto, Angie! Ya desarrollaste el reflejo fundamental: detener la impresión, poder examinarla, comprender cuáles son los medios hábiles (eficaces, inmediatos) para desmantelar los juicios implícitos que ocasionan perturbación, lo que también podemos llamar antídotos. En efecto, la práctica es sumamente efectiva y me da gusto que logres llevarla a diversos ámbitos, y especialmente a uno tan sensible como la relación (de una hija única) con la madre. ¡Bravo!
Ahora NO CEJES. El hábito que has desarrollado está todavía incipiente, es un pequeño embrión, no dejes de alimentarlo. Persiste en la práctica con paciencia y diligencia, robustece esos reflejos, profundiza en ellos hasta que estén firmemente arraigados.
¡Te felicito!