
Exacto, todo es interdependiente, todo sostiene a todo, algunas condiciones de manera íntima con respecto a otras, otras de manera remota, pero no hay nada que pueda ser por sí mismo con independencia de todo lo demás. Es el concepto fundamental del budismo (pratītyasamutpāda), lo que implica, de suyo, que el yo es una ilusión: no existe un yo sólido, sólo la confluencia de un conjunto de condiciones que son no-yo. Darse cuenta vívidamente de la ilusión del yo es, dice el budismo (sugieren los estoicos), liberarse. Entonces soy esta pequeña cosa, pero sin perder de vista que también soy el océano, soy todo y todos los demás, como bien apuntas. Mi modo de ser océano es ser esta pequeña gotita fugaz; el tuyo, ser esa otra pequeña gotita fugaz. Como todos estamos relacionados, nos compete el bienestar de todos. Esto lo tienes muy claro y es sumamente importante: ser una fuente de bienestar para los demás. Ésa es la idea fundamental del estoicismo, si bien, para eso, primero uno tiene que poder ser una fuente de bienestar para sí mismo. Todas las grandes tradiciones primordiales, como la sabiduría africana que refieres, coinciden en esto.
¡No sientas nostalgia, Patricia! El curso, en cierto modo, termina, pero en cierto modo, apenas comienza, pues lo importante ahora es profundizar y establecerte en esto.
Muchísimas gracias por tu generoso comentario (ya está publicado) y por tu entusiasta participación este taller. Fue un gusto poder acompañarte. Si quieres continuar haciendo ejercicios de auto-observación y escritura, en este mismo sitio está el TALLER DE ESCRITURA Y AUTOCONOCIMIENTO. Es otro gran viaje, que creo que te puede aportar mucho, como persona y como recurso para tu ejercicio profesional.