
Es interesante ver cómo distintas personas conciben el arco de sus vidas de modos tan radicalmente distintos. Algunas describen hechos concretos, metas en el mundo, etcétera. Evidentemente, no es tu caso. Tus estaciones tienen algo de las etapas de la obra alquímica que tanto fascinaba a Jung, aunque aquí el lenguaje convoque otros simbolismos, el tarot, los astros… Es un poco el camino del inconsciente, la integración de la sombra, de los opuestos (la coniunctio) y finalmente, el sí mismo, volverse cosmos, crucificarse en el centro del mandala. Esto es lo que alcanzo a ver, porque el texto es hermético (como conviene, supongo, a su asunto). Da la impresión de que el mundo es un poco accidental en todo esto, y eso mismo está tematizado, creo, en la frase que dice: “por darle prioridad a lo adentro, lo de afuera la golpeó fuertemente”. Tal vez una pregunta, en todo este arco, es qué papel juega el mundo, pero no me refiero aquí al arcano mayor del tarot, que en cierto modo es como el sí mismo junguiano, lo comprende todo, sino al afuera, cuando todavía existe división entre adentro y afuera. Tengo la impresión, que el verano confiesa o quizá confirma que el afuera parece desintegrado, incluso, quizá rechazado. Por eso y siendo que, supongo, estás actualmente viviendo tu verano, me parece que una pregunta importante es justo ésa: ¿qué papel juega ese afuera? ¿Cuál sería el lugar ideal de ese afuera? Digo todo esto porque aun el registro de escritura es sumamente “hacia dentro”, de tal modo que incluso un lector como yo, no del todo desinformado del tarot, la astrología, etcétera, queda un poco afuera. ¿Qué es afuera y qué es adentro? ¿Dónde comienza uno y termina el otro? Estas preguntas no son menores. Creo que Octavio Paz escribió en algún lugar algo así como “nadie termina en sí mismo”, dando a entender justamente esa disolución de las fronteras. Tendemos a pensar que la fuente de la sabiduría y eventual iluminación última sucede en algún adentro, pero, paradójicamente, en el fondo del sí mismo ya no hay adentro y hemos sido devueltos al cosmos. Ese movimiento aparece sugerido en el invierno, pero mi pregunta es ahora, en verano, qué con estas dos dimensiones…
También sucede que, siendo totalmente exterior, se desdibuja el yo. Y eso me recuerda a unos versos de Pessoa (bajo la voz de Alberto Caeiro), cuando dice:
Pienso y escribo como las flores tienen color
pero con menos perfección en mi modo de expresarme
porque me falta la sencillez divina
de ser totalmente sólo mi exterior.
Dicho todo esto, te agradezco mucho por tu comentario del curso y, sobre todo, por haber participado con valentía, con apertura, con seriedad, en el buen sentido de la palabra. Me alegra haber podido acompañarte en este viajecillo de seis semanas y espero que realmente te haya resultado provechoso.
También quiero invitarte al curso de FILOSOFÍA ESTOICA APLICADA, que doy en este mismo sitio. Creo que puede resultarte muy útil para lo que te toca.
Que estés muy bien, Verde, hasta pronto.