
Está muy bien, Ana. Sólo no dejes de considerar los escenarios dispreferidos. Obsesionarte y torturarte no es dispreferido, sino un mal, porque depende de ti, y tú y sólo tú puedes dañarte, que es lo que sucede (lo que nos sucede) cuando nuestros pensamientos se vuelven en nuestra contra.
Por escenario dispreferido me refiero a aquellos escenarios externos que no son los que preferirías. Por ejemplo, que el cliente no conteste, o que conteste mal, o que rechace la propuesta, etc. Al anticipar, es importante considerar esto y ver cómo no hay daño real en ese caso. Tú has considerado, sí, que el otro puede no responder y que eso supone una pausa de tu lado, está bien. Pero es muy importante que puedas ir a los escenarios más dispreferidos y ver cómo, incluso allí, si has hecho tu parte cabalmente, no hay auténtico daño para ti.