
Te has dado cuenta de muchas cosas, con enorme precisión. Una pregunta que me parece importante formular es ¿por qué tener en orden la casa, cocinar bien, ser guapa o eficiente te dan valor como mujer? Si fueras hombre, ¿carecería de valor que fueras ordenado, cocinaras bien, fueras guapo o eficiente? ¿Es éste un asunto de género?
De otro lado, ¿por qué estas cosas te darían valor al ser reconocidas por otros? ¿No es en sí mismo valioso el hecho de mantener la casa en orden, sea que lo reconozcan otros o no? ¿Y cuál es el valor de todo eso? En lo que toca al orden, que tú y las personas que viven allí saben donde están las cosas y no tienen que perder tiempo buscándolas; que el orden da un ambiente armónico que favorece también la armonía de la convivencia, etcétera. ¿No son éstos valores en sí mismos? Y lo mismo con lo demás: cocinar bien es valioso en sí mismo, porque favorece la salud y el placer, tuya y de las personas que te rodean. No es que el reconocimiento de esos valores vuelvan valiosas las obras o acciones que haces, eso es valioso “antes” o con independencia de que sea reconocido o no. Si tú reconoces el valor y el sentido de todo esto, estás menos expuesta a depender del reconocimiento de los otros. Desde la perspectiva estoica, el valor surge de la excelencia con que tú haces lo que haces, no de la opinión que otros puedan manifestar sobre eso. Considera esto detenidamente en relación a los ejemplos que pones.
Ahora bien, si aceptamos lo anterior, está claro que tu bien o tu mal no dependen del reconocimiento externo, y sin embargo, es perfectamente natural admitir que el reconocimiento de los otros es algo preferido para ti. ¿Por qué no? Entonces, en lugar de enojarte, ¿no tendría más sentido hacer expreso todo esto? No a modo de queja, reclamo o manipulación, sino simple y honestamente como una necesidad que tú manifiestas, en confianza, a los otros, y una PETICIÓN que formulas sobre la base de esa necesidad. “Me gustaría que pudieran reconocer lo que hago. Cuando hago algo con amor y nadie dice nada, eso me hace sentir así y así”. Decir esto depende de ti, porque es sin duda preferido ser reconocido/a a no serlo.
Puedes, también, pensar que ellos no son conscientes de que tú necesitas este reconocimiento, aunque a ti te parezca obvio. Evidentemente, no es obvio para ellos. ¿Por qué, entonces, no hacerlo expreso de manera amable? Ahí estarías haciendo lo que depende de ti, en aras de un escenario preferido.
Sin embargo, ten presente lo anterior: incluso si no son capaces de reconocerte, ése no es tu asunto, eso no es lo que da valor a tus acciones (a tus acciones, y no a ti, que no eres únicamente tus acciones y no tienes por qué identificarte con ellas).