
Es un gusto poder acompañarte en este proceso, Jairo.
Me alegra ver que la práctica empieza a generar efectos. No te preocupes si alcanzas a estar sereno en todas las situaciones que quisieras; esto toma cierto tiempo, pero, si eres constante, se vuelve y más y más enraizado y profundo.
En relación a tu duda, es difícil contestar. Voy a tomar tu ejemplo, el pensamiento “No estoy haciendo lo que debería” y a ensayar algo. Un modo intuitivo de desmontar este juicio es interrogarlo. ¿Por qué no estoy haciendo lo que debería? (“Porque me resulta aburrido”, “Porque estoy cansado”, “Porque no le encuentro sentido”, etc.). ¿Por qué es algo que DEBO hacer? ¿Por qué le asigno preferencia al deber, en este momento, por sobre otras cosas, como el placer, el esparcimiento, el cultivo de algún aspecto importante de mi vida, etc? ¿Es oportuno entregarse al deber en este momento, habida cuenta de la situación real de motivación, energía, entusiasmo, fatiga, etcétera?
Por otro lado, tu sugerencia de investigar las situaciones que disparan el pensamiento es oportuna también. ¿Por qué me estoy comparando con esa persona? ¿Tiene sentido establecer una comparación de este tipo?
ALGUNAS OTRAS PREGUNTAS SOBRE EL EJEMPLO QUE HAS PROPUESTO:
¿Cuál es el máximo deber de un ser humano?
¿La pregunta que te asedia es tal que, de cumplir con los deberes inmediatos, incluso con los no tan inmediatos, sientes que de todos modos quedarías insatisfecho (la pregunta seguiría martillando con nuevos deberes que cumplir)? En otras palabras, ¿crees que habría un nivel de suficiencia en lo que toca al cumplimiento de los deberes, o que nunca será suficiente y siempre habrá un hostigamiento relativo a un deber en espera de ser cumplido?