noviembre 23, 2020 a las 10:47 am
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Superadministrador
Qué bueno que esta parte del taller te haya despertado tanto entusiasmo, Rosa María. Es una aspecto fundamental de la práctica estoica: ser conscientes, no sólo de nuestra mortalidad y de la de las personas que nos rodean, sino de la “mortalidad” del tiempo, de la impermanencia de todo lo que surge y cesa.
Si esto te tocó de cerca, más que lo anterior, puedes darle mayor énfasis en tu práctica. Escribir tus notas de anticipación (si no escribes, anticiparte mentalmente) sobre la posibilidad de que hoy sea el último día, pero también sobre la REALIDAD de que este día que está corriendo es, en sí mismo, como tal, el último. Ya no habrá en nuestras vidas ningún otro 23 de noviembre de 2020. ¿Podemos ser plenamente conscientes de eso?