
Tu texto encierra tomas de conciencia muy importantes. En primer lugar, te reconoces colérica y decides, concientemente, que no tienes por qué persistir en ello. Entonces te anticipas serenamente a los escenarios por venir. Excelente. Estos son los primeros pasos para desarmar la cólera: reconocerla y anticiparse a ella, sabiendo que es posible no responder de manera colérica. Bravo.
Pero entonces, ¿cómo interpretar las situaciones potencialmente enojosas para que no se dispare la cólera (pues se trata de responder de otra manera, ante todo, con la mente)? Tus intuiciones son muy certeras. Por un lado, te das cuenta de que lo que te enoja es algo que juzgas un daño injustificado hacia ti. Tú haces tu trabajo con diligencia y cuidado, y te enfurece que no lo reconozcan. Esto es injusto, sientes que en alguna medida te daña y entonces se desata la respuesta natural ante ese juicio (“se me ha inferido un daño injusto y doloso”): regresar el daño. Ésta es la estructura misma de la cólera y sin estas creencias no hay tal pasión. Es decir que, para que exista cólera, debo creer que:
(1) Se me ha inferido un daño injusto y doloso.
(2) Debo regresar ese daño (vengarme).
La cólera es, pues, apetito de venganza.
El modo de trascenderla es, como muy bien has intuido, modificar esas creencias, sobre todo, la primera, que es la creencia fundamental. Hay muchos modos en que se puede modificar esta creencia y tú lo adviertes con claridad. No tomarlo de manera personal (se elimina así la idea de que hay dolo), en tus palabras, “no sentir que me atacan”. Pero para eso debes COMPRENDER qué es lo que mueve a estas personas y es lo que haces de inmediato: ellos/as no tienen por qué tener el deseo deliberado de atacarte, probablemente buscan otra cosa (quizá alguno tuvo un mal día, está frustrado con algo, tiene temor de que un trámite no salga, etcétera: no es contigo). Esto se llama compasión y es un gran antídoto contra la cólera: sustituir el juicio de “me dañan”, “me atacan”, “lo hacen para arruinarme la vida” por la pregunta por el otro: “¿por qué hace esto así?”, “¿qué busca?”, “¿puedo ayudarlo de alguna manera?”. Los juicios clausuran (a menudo de manera falaz), las preguntas abren.
Hay mucho que decir sobre la cólera y diversas estrategias para trascenderla, pero lo que estás empezando a desarrollar es un muy buen camino en ese sentido.
Ahora bien, como tu tendencia ha sido la cólera por un cierto lapso de tiempo, sustituir esa respuesta mental por otra más hábil implica elaborar pacientemente estas creencias durante algún tiempo. Es muy bueno que hayas dedicado tu primera hypomnémata a esto. Te felicito, lo has hecho muy bien, con mucha agudeza.
Te deseo un muy feliz año, Yengny. Estoy aquí para apoyarte en lo que esté en mis manos.