
Muchas gracias Gabriel.
He leído tu carta desde que la recibí muchas veces ya. Cada vez que lo hago, entiendo más, pero desde la primera vez “me cayeron veintes.” Efectivamente has dado en el clavo respecto a cómo me siento y lo que tengo que hacer. Entendí al leerte, que hay otras opciones más que pelear o huir, y la opción está en poner límites. Es cierto también que la ansiedad que me causa la situación es porque no me gusta confrontar a la gente, y menos cuando están en posición de autoridad. Sé que tengo que aprender a hacerlo y la guia que me diste para una comunicación abierta y no violenta me está ayudando, aún así, siento temor al pensar en la situación. Por eso creo que leo tanto tu carta, para que se me vayan adentrando esos pensamientos poco a poco, y luego (como describes de las artes marciales) los pueda elaborar en acción con más facilidad.
Dado a la respuesta que me diste, puedo ver la gran claridad que tienes en leer a las personas, y te agradezco infinito que estés desarrollando tu verdadera vocación para el servicio. Sigo atenta a las lecciones.