Muchas gracias por tu respuesta Gabriel, ha sido bastante clara y clarificadora.
Pensando en la cuestión antes de leer tu respuesta, y dándome cuenta en mi autoobservación que había actividades que podía colocar tanto en placeres catastemáticos como en placeres cinéticos, me vino la idea de que no depende estrictamente de la actividad en sí, sino del estado o disposición interna con que se realice. Enlazando con tu respuesta, si una actividad se realiza con miras a obtener fines específicos, o con la avidez de tener o repetir algo, seguramente sea una actividad placentera ero encerrada en el círculo del deseo insaciable o del dolor. Lo contrario sucedería si la actividad se realiza en cierto modo en ausencia del yo.
En ese sentido, ¿podría incluso darse el caso de que algo que se considera naturalmente un placer cinético (p. ej. comidas exquisitas) constituya un placer catastemátio, si se realiza con la disposición interna “correcta” (sin deseo ni avidez)?
Gracias.