febrero 9, 2021 a las 10:29 am
#15167

Superadministrador
Muy buen punto, Rosiris. Lo siento cercano, pues yo también dedico muchas horas a das consulta, a escuchar, etcétera, y eso es indudablemente satisfactorio en muchos sentidos pero encubre, eventualmente, ciertas trampas. Hay en tu texto la sugerencia de una idea que es fundamental, una especie de dialéctica, o mejor, de paradoja, entre vulnerabilidad e invulnerabilidad: sólo un corazón totalmente abierto es invulnerable, es preciso entregarse completamente a la vulnerabilidad, en lugar de eludirla o cerrarse. Y para esto, bien dices, hay que darse el tiempo, el espacio, saltar al vacío. Como decía C. G. Jung: ¿qué te sostiene cuando nada te sostiene?