
Se ha dicho a menudo que la filosofía es una meditación y hasta una preparación para la muerte y hay algo de cierto en esto. Lo que no es cierto es que la filosofía se agote totalmente en una meditación sobre la muerte ni que sólo a través de la filosofía pueda uno prepararse para ella. Tú eres un claro contraejemplo a esto último: has tenido una estrecha relación con la muerte, en parte, por las que has atestiguado, en parte por las situaciones que refieres aquí. Y esto te ha ido preparando.
Es verdad que la muerte está justo ahora, aquí, acompañándonos y el hecho de que lo tengas claro es una gran fuente para apreciar cada instante, que es en último caso lo que declaras con tu texto. Saber morir es saber vivir.
Me alegra mucho que este recordatorio de algo que ya has experimentado te haya traído paz. Gracias por compartir tu texto.