
Hola Gabriel, gracias por leerme. Es verdad que el crecer sin este tipo de amor hizo que mi papá actuase de manera inconsciente o más o menos consciente con mi hermana.
En cuanto a mí, puedo decir que vi todo con cierta conformidad, en su momento no me vi directamente afectado, sé que puede parecer duro, pero así lo sentí. Sentí “ay! que bueno que no soy yo ese a quién golpean o maltratan”. Quizás porque le tenía terror a mi papá, siempre me pareció una figura atemorizante cuando era niño.
Quizás ahora, con mi cierta posición siempre neutral, intento mediar entre ambas partes. Veo que mi estado siempre neutral, en casa, en el trabajo, es como una estrategia que sigo para no ser el centro de las discusiones, no ser yo el foco de los reclamos, casi como que intento escapar de ser confrontado en público. Quizás por eso me aterra tomar responsabilidades demasiado visibles. Me pasó algunas veces que me confrontaron en público y me sentí otra vez como un niño al que regañaban en público. Ahora que me doy cuenta, quizá sea porque de niño prefería que riñesen y castigasen a mi hermana que a mí.