
Me ha conmovido tu texto. Has pasado por mucho y la melancolía que apareció en los escritos anteriores, planea a lo largo de las cuatro estaciones como una melodía en tono menor o un color de fondo un poco crepuscular.
Yo no sé cuántos años tengas ahora, pero, por la foto que has puesto, has de estar entre el final de la primavera y el comienzo del otoño. Es cierto que las fuerzas merman, pero el entusiasmo no tiene por qué palidecer. En todo caso, se vuelve menos ingenuo, selecciona mejor los objetos y los proyectos por los que entusiasmarse y, a la par de esto, pueden aparecer cualidades que la voluptuosa primavera desconoce: el aplomo, la ecuanimidad, el no dejarse abatir fácilmente, la experiencia para atravesar las tormentas y la posibilidad de una libertad interior muy superior. En esta estación, eventualmente, uno se da cuenta de que no tiene que demostrarle nada a nadie. Y es toda una liberación.
Dices en tu escrito que tu peor temor es envejecer y, efectivamente, anticipas la vejez como un periodo oscuro. ¿No será que es el miedo mismo el que oscurece el horizonte? Cuando hay miedo, cuando vivimos con miedo, la alegría padece. Y al contrario, cuando hay alegría en la vida es porque el miedo está ausente. Hay una lógica comprensible en esto: el miedo es la expectación de un mal (la creencia de un mal por venir); por eso, como bien observa Séneca en algún lugar, las personas medrosas son pesimistas y viceversa. ¿Cómo sentir alegría, cómo permitir que esto que sucede ahora pueda ser vivido plenamente, si creemos que de todos modos sobrevendrá algún mal y el horizonte se adivina negro? Y en el caso del asunto que se pone en juego en tu texto, ¿por qué vivir pensando que lo peor -la vejez- aún está por venir? ¿Cuánta presión ejerce este modo de ver las cosas sobre el momento presente?
Bueno, son sólo algunos apuntes.
Has hecho un taller magnífico, con enorme honestidad, valentía, apertura, y te estoy muy agradecido por eso. Ha sido un honor poder acompañarte en este proceso. Espero de todo corazón que haya sido valioso para ti.
Quisiera pedirte, si no es molestia, si puedes dejar un review o comentario del curso. En la última lección se dice cómo hacerlo; es muy sencillo. Sólo hay que tener cuidado con las estrellitas, porque al pasarles el mouse por encima se modifica su cantidad. Cerciórate, por favor, que sea la cantidad que tú quieres.
También me gustaría invitarte a los otros cursos de la página. Creo que el de Filosofía estoica aplicada puede resultarte muy provechoso y sería un modo de continuar explorando en ti a través de la escritura, pues hay ejercicios semanales que yo leo y comento, como aquí; sólo que en ese otro curso el “libreto” está determinado por el estoicismo. Las afinidades con el budismo son muy notables.
En fin, Diego, te reitero mi gratitud y mis felicitaciones, y te envío un abrazo afectuoso.