
Wow, qué hermosura de vida, de historia. Me parece estar asistiendo a una película del neorrealismo italiano, o a Cinema Paradiso… Y el carácter libre, picaresco, apasionado, el amor a la vida palpita en todas las líneas y todas las estaciones. Grandes personajes en medio, nada menos que Octavio Paz pidiéndote que no faltes. Quedan cifradas muchas historias en esta historia, como lo que mencionas de tu haber sido nodriza, o la etapa de educadora Montessori o la psicoterapia. Puedo darme cuenta muy bien por qué no podías para de escribir. Me emociona particularmente el papel que juega la guitarra (un papel como de contrabajo, como de línea baja a lo largo de todos los años y todas las horas) y todo lo que ha representado la música para ti. Te felicito mucho por todo lo que deja ver este texto, por la anchura del corazón, por ese temperamento aventurero, intrépido, libre y amoroso. No dejes de escribir, Paty. Ha sido un inmenso gusto tenerte por aquí a lo largo de este itinerario. Te envío un abrazo fuertísimo, que sigas así de viva y contenta.