Así es querido Gabriel, está siendo un proceso interesante este de auto-escribirme, como te decía creo que por mucho tiempo (debido a la deformación de mi propia formación) reforcé la idea de ocultamiento de partes que no me gustaban, quería que se disolvieran en el tiempo sin dejar huella, pero al contrario de lo que pensé al negar su existencia era una forma de alimentarlas, de darles más cabida en mi vida y casi que me pierdo en ellas sin darme cuenta. Ahora, al poner atención las he identificado [a mis Erinias], puedo nombrarlas. Eso me ha hecho entender muchas cosas, a veces la costumbre me lleva nuevamente a no reconocerlas, pero supongo como nos enseñaste en clase y como lo he asimilado, es un trabajo de poner atención cada día… todos los días.