
Es magnífico leer esto. La cólera y sus especies (animadversión, irritabilidad, rencor, etc.), se originan en el juicio de haber recibido un daño injusto y doloso. En su versión más ortodoxa, el estoicismo rechaza la posibilidad de que algo externo pueda dañarnos (y el pasado es, también, un asunto externo) y una buena comprensión de esto conduce, necesariamente, a desechar el juicio que origina la cólera. Tengo la impresión de que esto es lo que pudiste ver con claridad. Ahora es preciso mantener la mente en esta lucidez, pues el hábito que has creado a lo largo de los años va en la dirección contraria y un solo golpe de lucidez no siempre basta para desmantelar lo que ha sido abonado durante toda una vida (aunque a veces la lucidez es tan rotunda que puede bastar, pero es infrecuente).
Bravo, Jorge. Que sigan los logros.