febrero 4, 2023 a las 9:05 am
#15961

Superadministrador
Es genial que hayas elegido referir tu experiencia en verso y no en prosa, porque no fue, por lo que se dice, una experiencia prosaica, sino algo que exige ser cantado, algo en-cantador (que pone el canto dentro). El efecto de la meditación sobre la propia muerte, sobre la impermanencia de todo, debe ser, en el mejor de los casos, algo así como lo que cuentas: la clara percepción de la belleza y hasta la sacralidad de cada momento, un estado contemplativo, sereno, lleno de gratitud. Me alegra mucho leer estas líneas.
El desafío ahora es incorporar esta perspectiva diariamente, con la mayor constancia, el mayor amor.
¡Bravo, Lucas!