
Qué interesante lo que haces, Daniel, es en sí mismo comunitario y muy en la línea de beneficiar a la polis. Quizá estos ejercicios, como señalas, te ayuden a no caer en automatismos y estar muy consciente el sentido de tu actividad, recordarte que puedes ser y eres una fuente de bienstar, en todo caso, de benevolencia para tus congéneres, sean tus propios papás o convictos que han cometido crímenes. La meditación de Hierocles ayuda a no olvidar esta perspectiva, que el budismo llama compasión y que no tiene que ver con sufrir con el otro, sino con comprenderlo profundamente, ubicarse sensiblemente en un mismo plano humano (puesto que todos sufrimos en alguna medida) y, desde ahí, procurar, sin egomanía, aliviar su sufrimiento. La compasión es el genuino deseo de aliviar el sufrimiento.
Conmpartí en el blog de esta plataforma un texto y una guía, en audio, de una meditación budista muy cercana a la de Hierocles, pero, para mí, mucho mas tocante. Puede interesarte hacerla, seguir el audio. Lo puedes escuchar aquí (y bajar el texto que lo acompaña):
CONSIDERACIONES SOBRE LA PRÁCTICA DE METTA, EL AMOR FATI Y EL CORAZÓN EN LLAMAS
Va un fuerte abrazo y mi gratitud por tu entusiasta participación en el curso, y por tu generoso comentario, que ya está publicado.