
Dices bien: no es lo mismo identificar las situaciones que generan malestar, que encontrar los medios (los “medios hábiles”) para disolverlo.
Pero identificarlas, identificar, sobre todo, tu respuesta, el modo como interpretas la situación (que es lo que depende de ti) y el impulso que esto desencadena, es importantísimo, porque entonces ves POR TI MISMA, en tu propia experiencia, la relación directa que hay entre interpretación y bienestar o malestar.
Ahora estás lidiando con:
(1) ser más compasiva contigo misma (compasiva en el sentido budista del término, nunca como autoconomiseración) y esto tiene un fundamento muy sólido: estás haciendo tu trabajo, estás haciendo lo que puedes, aun cuando, por el momento haya situaciones que te perturben y es el hecho de valorar que tienes la intención, la determinación, el propósito de hacerlo, lo que cuenta, más que los resultados. Por eso puedes decirte, con Séneca, “Intenta no reincidir, por ahora te perdono”.
(2) Ir habituándote más y más a cierto tipo de razonamientos, distintos de aquellos a los que estás habituada, como, por ejemplo, despersonalizar lo que pueda suceder en el transporte público, etc. Esto toma cierto tiempo y la constancia es muy importante para que los nuevos hábitos se establezcan. Intenta hacer un voto contigo mismo de desarrollar tu práctica diariamente, de manera rigurosa, escribiendo cada día aquellos razonamientos que sean persuasivos para ti y puedas llevar contigo en el corazón durante el día, de modo que esté ahí si surge un escenario dispreferido. Comrpométete contigo a cultivar la práctica con constancia y sin falla por, al menos, un par de semanas, a ver qué sucede.
Vas muy bien, Aurora.
Perdón que esta vez respondí con cierta dilación. Estuve fuera de México unos días y tenía dificultades para poder responder antes. Pero aquí estoy en lo que pueda apoyarte.