- Este debate tiene 1 respuesta, 2 mensajes y ha sido actualizado por última vez el hace 2 años, 7 meses por
Gabriel Schutz.
-
AutorEntradas
-
julio 31, 2020 a las 9:02 pm #14027
Pilar Harispuru Zermeño
ParticipanteDía 1.- Elegí esta ventana porque a través de ella puedo ver el jardín de mi casa.
Día 3.- Ayer no pude escribir. Esta ventana me permite ver verde: el pasto, la enredadera, un árbol plantado en una maceta de barro; sus raíces ya se afianzaron a la tierra, por lo que la maceta ya sale sobrando. Llueve y siento una gran quietud, como si el tiempo se detuviera y no tuviera nada más que sentarme a observar. Claudia siempre me decía (utilizo este tiempo porque ya murió y no me lo puede decir más) que yo era una gran observadora y por eso debería de escribir. No veo cuál es la relación entre observar y escribir, pero definitivamente disfruto observar.
Día 4.- Sentada en mi silla veo la ventana. Digo mi silla porque ahí es donde me siento a la hora del desayuno y de la comida. A tres metros de distancia se encuentra la ventana que da al jardín. Ahora llueve y hay poco viento. Escucho a los vecinos: hay uno bastante gritón. Por más que me esfuerzo, no alcanzo a entender sus palabras. Llueve y estoy en mi casa resguardada. Hoy, salí a la calle y se me hizo ver a más gente queriendo limpiar los parabrisas de los coches, más locales con los letreros “se renta”. Y la plática de anoche con quien fue nuestro guía en Siem Riep me partió el alma. Como no hay turismo, se quedó sin trabajo como guía. Consiguió un trabajo como velador, pero no le alcanza para mantener a su familia. Quiere comprar una vaca para criarla y luego revenderla. Le ofrecimos ayudarle. Dejó de escribir y nos mandó un correo de voz, agradecido. La voz se le cortaba. Le mandé una foto de nosotros cuatro y su vez, él me envió una foto de su familia. Me aseguró que ese dinero lo iba a ahorrar hasta que pudiera comprarse la vaca. Siento una gran tristeza.
Viernes. – Vuelvo a mi silla, vuelvo a ver a través de la ventana. No llueve, pero el ambiente está húmedo. Sigo viendo el pasto, la enredadera y el árbol, que creció sin que nadie de forma consciente lo plantara. Alguna semilla cayó en la maceta, tiempo después surgió una plantita que se fue espigando hasta volverse árbol. Desconozco qué especie es, pero me gusta mucho. Ver a través de la ventana me reconforta. Pasan muchas cosas por mi mente: la amiga que se está divorciando, deslealtades en el trabajo, agradable comida con la familia. Mis pensamientos viajan sin ton ni son. Miro a la ventana y ahí el tiempo se detiene. ¿Cuántos años más viviré en esta casa? ¿Cuánto tiempo más este jardín permanecerá como tal? Y este árbol ¿qué tanto más crecerá?
Cuando era más joven sentía que las cosas y las situaciones eran permanentes, sólidas, seguras. Ya no tengo más esta percepción. En cualquier momento podrán dejar de existir, tendré que mudarme o dejaré de vivir.agosto 2, 2020 a las 2:33 pm #14040Gabriel Schutz
Superadministrador¿No es interesante advertir cómo la ventana es hacia fuera y hacia dentro? ¿Qué hay en medio de ese afuera y ese adentro? ¿Cuál es el límite o la frontera? Uno tiende a decir “el yo”, pero entonces viene la pregunta más complicada: ¿qué o quién es ese yo?
En tu ventana se entretejen las plantas y las enredaderas con preocupaciones sociales, la tristeza y el desvelo por la suerte de una persona querida, la alegría por el desarrollo natural de un árbol, el recuerdo de una comida agradable, la preocupación por un amiga, la reflexión sobre la impermanencia y las edades…
Solemos pensar nuestros días en términos fácticos: hice esto y esto otro, no alcancé a hacer aquéllo, pero la textura íntima de nuestros días, de nuestras vidas, se parecen más a esto que describes tú a través de tu ventana. La vida es la vida de la conciencia y, para poder tener conciencia de ella (conciencia de la conciencia), para vivir con atención y no dormidos, es necesario detenerse y contemplar. Meditar no es otra cosa que eso: detenerse (samatta) y contemplar (vipassana) -pongo entre paréntesis las expresiones en sánscrito del sistema tradicional de meditación budista, porque se constituye precisamente de estas dos partes y eso es lo que has hecho.
Escribir, entonces, incluso cuando se trata de algo tan simple como escribir sobre una y la misma ventana (que nunca es una y la misma) puede ser profundamente contemplativo, y es un modo de activar una observación atenta que a menudo vamos extraviamos entre las urgencias y los automatismos.
Claudia tenía y tiene razón: eres una buena observadora y además escribes muy bien lo que observas.
-
AutorEntradas
Debes estar registrado para responder a este debate. Login here