Hola, me hizo falta subir esta tarea, aunque sí la he realizado. Comparto un apunte:
Hoy recibí mi último pago de la beca de maestría. Dos años se esfumaron. 730 días sucedieron en un instante. ¿Hubo ganancias? ¿Pérdidas? Si una circunstancia cualquiera la creo mía para siempre me engaño. Solo un momento se tiene (en este caso de dos años) y se disipa, por venir otros caminos. No aceptar esto me causa sufrimiento. Es un hecho inobjetable. Me parece el trauma del jubilado: sentirse exiliado por no querer irse, pero lo obligan a estar en otro sitio. El apego a las cosas materiales, como el dinero, trae sufrimiento, pero también el apego a uno mismo; principalmente, no a lo que se es, sino a lo que fui (en términos de ser que, por cierto, nunca está fuera de las condiciones materiales). Si me vuelvo avaro de mi ser y el tener, me engaño, sufro por algo que nunca volverá, y me impido querer “los sucesos como suceden”. No gano ni pierdo, agradezco y devuelvo como las flores, el agua, el aire, la luz…