Etiquetado: Amor, Desamor, Hijos., Individualidad, Infidelidad
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Rosiris Sofuá.
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octubre 8, 2020 a las 7:09 pm #14360
Rosiris Sofuá
ParticipanteALFREDO:
La verdad es que cuando conocí a Rosangela, teníamos 26 años de edad, éramos vecinos, ella vivía sola y yo solo, ella iba a su clase de postgrado, muy inteligente, muy conversadora, no le entendía mucho pero me gustaba oírla, me parecía interesante, además muy bella por dentro y por fuera. Llegué a pensar que era como mucho para mí, solo primaria aprobada, del campo y con poco vocabulario, trabajando de mesero, atendiendo en algunos momentos a gente conocida por ella, con las que compartía y a los que yo les servía…
Rosangela estaba en su mundo y sus múltiples actividades, el trabajo, el postgrado, la consulta privada, la familia, sus amigas… sus horarios eran distintos a los míos, yo trabajaba unas 18 horas y ella solo 6… ella se quejaba por estar sola los fines de semana, un restaurante exige.
¡Cansado y a dormir! Ella, despierta y deseosa… aprovechamos las mañanas pero no es su horario más estimulante.
Que maravilloso fue compartir las vacaciones, éramos los más felices, me decía que le hablara de cosas sencilla de la vida, del campo, de la música, que no quería saber nada de ciencia… nada de lenguajes divinizados…Volver a la rutina otra vez nos separaba… siempre me pregunté los dos primeros años, cuando me diría que ya no más…
Planificamos a nuestro primer hijo, ya teníamos casa, Rosangela es una mujer muy segura y decidida, entre los dos compramos nuestro primer apartamento y carro. Crecimos… ¡¡llegó Alirio!! Igualito a mí, sentí con él que el compromiso estaba ya marcado, no existía espacio para pensar que Rosangela me diría que no más… Luego nació Danielita, igualita a la mamá… dos retoños de nuestra unión, del querer y del deseo de crecer como familia… Siempre la quise, no sé si la amé, o como ella misma me dijo, no se amar. Mi vida es tan distinta a la de ella…
Pasaron los años, horarios separados, Rosangela parecía poder con todo, yo poco estar, yo poco hablar, yo poco sentir… pero ¡¡¡las vacaciones!!! ¡¡¡Que tiempos!!! Allí, a mediados de año siempre regresábamos recargados de sentimiento, creo que allí si la amaba.
Ella siguió haciendo cosas en su vida, muchos cargos de importancia, más gente conocida, más estudios y yo en el Restaurante. Nuestros hijos son más apegados a ella, eso es normal, ella estaba más tiempo con ellos y yo poco.
Conocí a varias mujeres en paralelo, mujeres con las que podía hablar y entender, mujeres para disfrutar sin horarios distintos, ni diferencias… una del Restaurante, otra de la línea de taxi, muy lejos de la imagen de mi Doctora, pero más cerca de lo que quizás me hacía sentir mejor… todo lo manejé bien hasta que llegó Karina… ella me enamoró, me enloqueció… poseído por la pasión, quise ayudarla a trabajar y justo le pedí ayuda a Rosangela, ella como Jefa de Recursos Humanos podía hacerlo… nunca pensé que Karina se quedaría trabajando con ella, nunca pensé que mi vida se enredaría tanto…
Karina me descubrió, no toleró seguir de segunda… y después de 22 años con Rosangela, y 6 con Karina, quedé sin nada… mi Doctora con su mirada impactada por el dolor, me dijo que hasta aquí, que ya… lo que pensé que me diría a los dos años de estar juntos, ocurrió 20 años después… la vergüenza me recorre el alma… volví al campo… parece que hubiese vivido un capítulo especial de la vida que yo mismo me encargué de lastimar… Rosangela jamás me perdonará algo así… reprimo el deseo de reconquistarla, ella jamás lo permitiría y no resisto un rechazo… fue mucho lo que hice…ROSANGELA.
Después de un primer matrimonio en el que prevaleció la pasión juvenil y de donde me pude separar sin mayor sufrimiento ni trauma conocí a Alfredo, un hombre sencillo, serio, de poco hablar, risueño y tímido a la vez, amable, familiar… un perfil opuesto a lo que fue el primer esposo… con anhelo de hogar, con deseo de familia me uní a él, en pocos meses ya estábamos conviviendo juntos… muchas ocasiones sentí que fui muy rápido, pero estaba allí encauzada… planificamos hijos, me parecía un buen hombre, por lo tanto podía ser un buen padre… las pocas ocasiones en que compartíamos, era relajante, su compañía era cercana así como la distancia era muy lejana, y esa distancia era casi todo el año…
Si algo puedo decir es que las vacaciones nos unían… compartíamos el gusto por los viajes por carretera, los paisajes, las montañas, el frio, playas… primero solos y luego con nuestro par de pequeñines, solo un año de diferencia: Alirio y Daniela.
Si, seguiditos, el primero planificadito, luego de tener casa propia, la segunda llegó y la recibimos, muy deseada… Alfredo no me acompañó mucho en la crianza en cuanto a lo afectivo, ni en lo académico… yo me fui encargando de todo cuanto se requería… hasta de mi misma en otros aspectos, nuestros horarios eran distintos, me acostaba sola y me levantaba con él muy dormido… Yo también estaba dormida… éramos socios de hogar… con momentos de ternura y compartir, pero muy distintos en lo afectivo… y eso hizo que lo desdibujara en mi alma… sin darme cuenta.
Así llegó Karina, una amiga de él que se hizo mi compañera de trabajo, la verdad, la primera que le conocía, ahora veo que era la única… yo fui su Jefa… Karina me confesó por mensaje como suele suceder en estos tiempos que fueron amantes por años, quizás el mismo que la conozco, un poco más, 6 años… él no lo negó, él no quiso enfrentar la situación…
Ha transcurrido un año… un duelo profundo… un proceso de transformación… Alfredo es buen padre, habla con sus hijos todos los días, cuando me ha mirado a los ojos puedo leer la vergüenza y el vacío… esperé su reconquista por unos meses… nunca me dijo nada, sentí su desamor… creo que nunca me amó… nunca creyó que a pesar de tener intereses tan distintos pudiese nacer el amor como en efecto nació y creció…
Él no me demostró amor, ya no lo espero… ahora voy por caminos nuevos… creo en el Amor y sé que allí siempre está la respuesta. Ya no tengo apuros…KARINA
Alfredo es un gran hombre, no entiendo cómo puede compartir con esta mujer tan distinta a él, estoy segura que no lo quiere… así inicié el camino para llegar a ella… Alfredo es un poco ingenuo, así que le pedí que me encontrara una buena oferta donde ella era la Jefa de Recursos Humanos, una importante empresa de la Administración Pública.
Cuando la conocí, me quedé impactada: amable, cariñosa, sencilla, elegante, inteligente y bonita… me parecía increíble, algún secreto debía tener, yo me encargaría de descubrirla, así que le pedí trabajar juntas… eso me trajo muchos problemas con Alfredo, estaba que se volvía loco… luego nos adaptamos… la verdad, la Jefa estaba muy metida en sus cosas, no lo veía ni se daba cuenta de tantas cosas…
El tiempo pasó… yo más enamorada ya no quería seguir esperando por una decisión de Alfredo, sus viajes de vacaciones FAMILIAR los detesté, cuanto me costaba volver a retomar nuestros momentos, él regresaba distante y frio… menos momentos para nosotros porque ella muy ocupada requería de mayor apoyo…
Todo me fue invadiendo de un sentimiento y un hastío… Ya ella no era mi Jefa, fue jubilada, y sigue en su carrera a nivel privado… ya no podía seguir en estas, cero compromiso con la JEFA… así que le escribí, le conté todo… finalmente ella decidirá sacarlo de su vida y aquí va venir conmigo… sabe que soy la mujer que lo ama y entiende…
No siento vergüenza… Alfredo es un buen hombre y cualquier mujer lo querría con ella. Bueno Rosangela también es una buena mujer, pero ella se levantará, ella parece que puede con todo…
¡¡Alfredo no volvió!! Odio a esa mujer.octubre 11, 2020 a las 4:42 pm #14363Gabriel Schutz
SuperadministradorLo que está muy bien en este texto es el trágico malentendido que hay en la comunicación humana. Una piensa que él no la ama, la otra piensa que ella no lo ama a él, él… él no se sabe bien, admira a la primera, la quiere, no sabe si la ama. Por no hablar las cosas con claridad, una se queda esperando a que el otro vuelva y el otro piensa que será rechazado y por eso no vuelve. La posibilidad de ver las múltiples perspectivas permite atestiguar todo esto de un modo que no puede dejar indiferente a quien lee. Hitchcock decía que el suspenso se genera, precisamente, cuando el espectador sabe más que los personajes: un hombre entra por la ventana en el segundo piso de una casa y empieza a revolver los cajones; abajo, la familia, ingresa por la puerta principal. El ladrón no sabe que la familia ya está en casa y que uno de ellos sube por las escaleras; el que sube no sabe que se encontrará al ladrón. Pero el espectador lo ve todo y eso genera ese efecto emocional llamado suspense. Aquí, en tu texto, no es que haya propiamente suspenso, pero hay esa ventaja cognitiva del lector sobre los personajes, que genera un efecto de tristeza por los malentendidos. Si el espectador quizá querría decirle al ladrón (aunque repruebe moralmente el hurto) que se vaya, el lector de tu texto quisiera decirle a Alfredo que se atreva a regresar, que ella lo perdonará.
Las voces de los personajes están bien desarrolladas, aunque da la impresión de que Alfredo es todavía muy “visto” desde la perspectiva de Rosángela. Quizá su propio lenguaje, su propia manera de pensar, por esa sencillez que le caracteriza, daría lugar a otro tipo de fraseo, de vocabulario, en fin. No lo sé, son sólo especulaciones, pero, más allá de esto, el texto está muy bien, lo siento logrado por los contrapuntos y el modo como se articulan los puntos de vista.
¡Qué bueno que tuviste el valor de volver a escribirlo!
Me pregunto si el hecho de poder ponerte en el lugar de Alfredo te trajo algún tipo de comprensión adicional a la que ya tenías sobre esta situación.
octubre 11, 2020 a las 6:14 pm #14366Rosiris Sofuá
ParticipanteHola Gabriel!!
Si, tuve el valor y te agradezco mucho el estimulo… cuando leí la actividad la primera vez, este conflicto se asomó a mi mente, pero evidentemente lo evadí y me perdí en las montañas y el volcán…Escribirlo me permitió, incluso desde los nombres, ubicarme en un lugar mas objetivo, en la medida que lo subjetivo de las emociones me lo permitió, Alfredo está hablando a través de mi, no es su manera… logré entenderlo, increíblemente comprender a Karina…
Soy Rosangela y después de un año, ya no espero a Alfredo (Juan Carlos)… pasé la erupción y sobreviví… me queda el aprendizaje de las comunicaciones y los DEBER SER que se graban en la conciencia con fuerza, muy desde el inconsciente. Llevar el hogar con tantos vacíos en la relación no es lo mas transformador.
Gracias por leer y leerme…
Un abrazo.
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