El primer paso para una larga caminata

[Jorge Meléndez]

Al terminar el ejercicio, me quedé reflexionando sobre lo que pasaría si me abriera a percibir todas las cosas con las que interactúo de manera cotidiana de la misma forma como lo hice con el arándano. Me sorprendió la cantidad de características que uno pasa por alto. Lamentablemente, aunque detuve un par de minutos el video para enfocarme en el peso, no lo pude percibir. Cuando escuché su sonido al estrujarlo, sonreí. Mientras viajaba por mi paladar dejó un leve sabor dulce en la lengua. La resistencia fue sorprendente, ya que lo partí hasta que comencé a masticar, pero soportó las primeras mordidas por más presión mandibular que ejercí y su sabor al dividirse cambió totalmente, liberando un poco de acidez. Después, cuando me fui a lavar las manos, noté que mis dedos estaban más sensibles al tacto. Es sorprendente cuánto podemos crecer prestando atención a lo cotidiano y apreciándolo. Grandísimo ejercicio para comenzar.

[Gabriel Schutz]

El efecto que tuvo el ejercicio en ti es el que está llamado a tener y me alegra que hayas constatado todo esto, Jorge, porque, como bien dices, es el primer paso que anuncia el camino. ¿Cuál es el camino? Dicho gruesamente, el de estar conscientes de lo que efectivamente tenemos ante nosotros, sin distraernos en fantasías. ¿Somos plenamente conscientes de lo que pensamos, decimos, hacemos? ¿De lo que que estamos percibiendo? ¿Y cómo sería una vida así? El ejercicio da, literalmente, una probada del sabor que tiene la atención plena y, lo que es a esta altura más importante, exhibe cómo, en el encuentro con el mundo, es mucho más fundamental nuestra disposición, su calidad, que lo que se nos presenta objetivamente. Bienvenido y que el curso siga siendo fuente de insights.

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