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    Israel ColinIsrael Colin
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    Terencio decía “nada de lo humano me es ajeno” y debo reconocer que durante muchos años no lograba entender el significado. Es más, incluso hoy al casi finalizar el curso hay cosas que aún no logro diseminar y que aún me cuestan ya no poner en práctica sino siquiera poner en “blanco y negro”.

    Durante mucho tiempo ser una especie de anacoreta, como decía José Alfredo Jimenez “alejado del bullicio y de la falsa socieda” era la mejor manera de vivir para mi. Obligado a dejar mi casa a los 14 años, me refugié durante muchos años en los estudios, el trabajo y los libros. No tenía contacto con mi familia y tampoco lo buscaba. La gente en general no me era atractiva, no me interesaba. Recuerdo que una vez en la universidad le dije a un profesor “que me puedes enseñar que no pueda leer en un libro”. Me sacaron del salón y reprobé.

    Con el paso del tiempo, la parte “política” se alejaba más y más de mi vida, o por lo menos el concepto de “lo políticamente correcto”. Tenía problemas con mis supervisores, con cualquier persona que me “obligara” a comportarme de una u otra forma, incluso si ello fuese lo mejor para mi. Pensaba que solo yo era el responsable y por ende el que podía gobernar sobre mi vida, nadie tenía derecho a decirme que o cómo hacer las cosas.

    Para ese entonces mi concepto de ser social era nulo, había una especie de barrera ante la sola idea de tener que interactuar con alguien más, sin embargo, un día conocí a una chica y tal como pasa en las películas, todo se transformó. Hasta ese momento mi idea de la gente era que todos, indudablemente todo el mundo (mi cosmos) eran pésimas personas, mi familia, mis amigos, maestros, jefes, etc. Cuando la conocí a ella, no es que mi idea de la gente hubiera cambiado, quizá solo abrí mi espectro de conciencia y me di cuenta que mi visión sobre la gente estaba en cierta medida marcada por mí concepción de la vida. En pocas palabras, si tu vida apesta, es porque la gente que te rodea hace que apeste.

    Años más tarde, ella falleció. Fueron los mejores 5 años de mi vida. El mejor regalo fue que pude ver las cosas de una manera completamente distinta, pero aquí empieza lo bueno. Tenía miedo de que cuando ella “se devolviera” todo volvería a ser como antes, que mi visión de las cosas fuese en gran medida una obnubilación y que todo regresará a la “normalidad “ y afortunadamente no fue así.

    Logre comprender (por lo menos en un primer nivel, ahora con este curso siento honestamente que estoy pasando a un segundo plano que me hacia much falta) que no hay una misión que cumplir, que no hay un bucket list y una serie de cosas que tengas que hacer para decir “Yes!lo cumplí” sino que es un trabajo de día con día, que ser político no tiene que ver con lamer botas ni nada por el estilo, (como anécdota, recuerdo que odiaba usar corbatas y decía que la sociedad nos obligaba a usar un trozo de tela en el cuello para ser como perros, si estaba muy mal… ) y sobretodo que estás aquí para “darte” a los demás. Pero Gabriel, aquí lo fascinante de tu curso es que después de 41 años, entiendo que no es “darte” en una especie de ritual como Jean-Baptiste Grenouille en “El perfume” de Süskind, en donde todos te “desean” y hay un acto sublime de placer y a su vez de gozo porque todos me aman o me quieren o me quieren devorar, sino en darte para el otro en una especie de ofrenda, de saber que soy para los otros y que yo a su vez como en un banquete puedo tomar de ellos aquello que me hace falta y convertirlo en aprendizaje.

    Podrías erguir escribiendo pues es algo que me encanta pero espero poder hacerlo en el siguiente curso de escritura que tomaré la siguiente semana.

    Ha sido un viaje simplemente excepcional en donde avance por lo menos un lustro en tres cosas: mí concepto sobre el control, mi concepto sobre la muerte Y mi concepto sobre la política y los otros.

    Espero verte pronto.

    Abrazo.

    #13927
    Gabriel Schutz
    Superadministrador

    Bueno, me siento sumamente alegre y honrado por todas las cosas que compartes y has compartido a lo largo de este curso. Es realmente una enorme fuente de bienestar saber que todo esto te ha resultado tan provechoso. Sin duda, puede haber una toma de conciencia significativa cuando vemos lo político en un sentido comunitario, en una escala en la que podemos ser auténticos agentes comunitarios, sin que ello implique posiciones de poder, autoridad o algo así. Somos políticos todo el tiempo, incluso con nosotros mismos.

    Mil gracias por tus generosas palabras, Israel. Va otro abrazo.

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