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  • #15093
    Simón Pérez
    Participante

    Por estos días, mejor, por estos últimos años sentía que buscaba algo que no acababa de encontrar. Creo que por eso en 20 años he vivido en 4 países, 4 nuevos comienzos. Los nuevos comienzos son de mis preferidos, es que siempre han sido buenos. Después de 3-4 años viene el temido estancamiento, la inercia. Y un nuevo comienzo es la solución mágica. Pero alguien con sentido común me dijo “…y si estás huyendo de algo, y no buscando algo?”. Fue un cambio radical en mi ordenamiento mental.   Creo que el estar entre esa “búsqueda” y la “huida”, marca mi respuesta a las situaciones diarias, pero no sé cómo explicarlo. Es como estar siempre en el lugar subóptimo.

    Estoy con 52 años empezando una vida con mi familia en nuevo país, nuevo idioma, nueva cosmovisión, nieve y …cuarentena. No tengo espacio para pensar en lo dispreferido externo, pero sí tengo situaciones dispreferidas en casa. Esas situaciones domésticas las escondo de mis cuestionamientos pues necesito que los demás miembros de la familia no revienten antes de lograr una “estabilidad” en este nuevo hogar.

    Todos los días me resulta dispreferido: 1) la insatisfacción recurrente y confesa de mi esposa con la vida, para esto me he preparado con insensibilidad a tales argumentos. Otro detalle 2) es no tener la capacidad de motivar a mi hijo de 12 para los estudios o para emprender proyectos, y mi temor mayor es que pierda la frescura de la niñez al aire libre. Estos dos puntos, pueden que no dependan de mí, pues son otros individuos, pero creo que debo ayudarlos a crearles un entorno “favorable”. La distinción maestra no sé cómo usarla en estas situaciones.

    He logrado poner en blanco y negro dos temores (dispreferencias) recurrentes de respecto a mí: 3) de no volver a encontrar motivación en mi trabajo y 4) de todavía no haber hecho la obra de mi vida. Para estas situaciones, en lo que llega la inspiración, voy por la vida más con la experiencia que con la pasión. 

    En las noches, al hacer el resumen del día, justo antes de dormir, decidí que debo tratar de dejar mi mente en blanco para que el cuerpo descanse sus ocho horas.

    #15100
    Gabriel Schutz
    Superadministrador

    Hola, Simón. Contestaré siguiendo la numeración que propones.

    (1) y (2): Es verdad que ni la insatisfacción de tu esposa ni la desmotivación de tu hijo son TU asunto y, en este sentido, desde la perspectiva estoica, no constituyen, para ti, bienes o males en sí mismos, sino situaciones dispreferidas, como bien postulas. Dispreferido quiere decir que harás lo que esté en tus manos para inclinar el escenario hacia lo que juzgas preferido (que tu esposa no esté insatisfecha, que tu hijo encuentre motivación), sabiendo de antemano que el resultado de todo esto no depende de ti en último caso. Lo único que se logra con esta distinción es que no cargues tú con algo que no es estrictamente tuyo. Sobre (1), me pregunto si la insensibilidad es una buena estrategia o una buena respuesta para una persona insatisfecha. Quizá ya fuiste sensible, empático, ya escuchaste, ya intentaste apoyar y estás cansado, o aun fastidiado. Sería comprensible, desde luego. De ti no depende que ella encuentre satisfacción en la vida, pero ¿qué está en tu poder hacer para apoyarla en este sentido? Lo mismo en relación a tu hijo.

    Son tiempos particularmente duros y es verdad que para los niños o preadolescentes resultan aun más difíciles, pues ellos aprenden socializando, jugando entre sí, estando juntos. Pero esto realmente te rebasa y lo más que puedes hacer, en estas circunstancias, es ofrecer un entorno favorable, lo dices muy bien.

    No comprendo qué quiere decir poner en blanco y negro, pero comprendo que los temores tienen que ver con el futuro y que, mientras no estés desmotivado con tu trabajo, (3) no tiene razón de ser. Eso simplemente no está sucediendo ahora. Como diría Séneca: ¿para qué hacerte desgraciado (= temer) antes de tiempo?.

    En cuanto a (4), el temor no es tanto, creo, no haber hecho aún la obra de tu vida, sino no hacerla jamás. Desconozco qué clase de obra sea (literaria, artística, arquitectónica o de otra índole), pero he llegado a comprender que es mucho mejor concebir la vida misma como la gran obra y que es de ahí de donde surge la belleza y el impulso de las obras particulares.

    Haces bien en intentar hacer una pausa mental antes del descanso. Ayuda mucho hacer lo que ahora se conoce como body scan: recorrer el cuerpo con la atención (en realidad, es una antigua práctica budista).

    Sigo por aquí en lo que pueda apoyarte.

    #15259
    Simón Pérez
    Participante

    Gracias Gabriel por la dedicación a las respuestas.

    Leyendo la importancia que le has dado al miedo, que lo creía una simple emoción negativa, veo que tiene connotaciones. Releyendo tu respuesta, veo que tengo miedos. Pensar en el futuro lo veía siempre como futuros preferidos o idílicos, creía que pensar en el futuro era solo posible para bien. Sin embargo, las representaciones negativas son formas de miedos, futuros negativos.

    Ahora soy consciente que sí pienso en el futuro porque tengo representaciones negativas que pueden llamarse miedos.

    Este curso lo tomo dilatado, pero siempre me resulta enriquecedor. Imagínate, fin de semana, 7am, todos duermen, plantas a la vista en una sala bañada por sol y, una taza de café!

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